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PROTOCOLO DE EVALUACIÓN EN MOTRICIDAD OROFACIAL (PEMO)

Texto tomado del capítulo 1 del libro: Tratado de astornos del habla: de los fundamentos a la evaluación

 

Como citar – APA:

Susanibar F; Dioses A; & Castillo (2014). Evaluación de motricidad orofacial. En: Susanibar F, Marchesan I, Dioses A. Tratado de evaluación de motricidad orofacial.  Madrid.

 

FUNDAMENTOS DE LA EVALUACIÓN DE MOTRICIDAD OROFACIAL

Evaluación
La evaluación es un proceso intencionado, funcional, sistemático, continuo, integral y transdisciplinario, orientado a la recolección, análisis e interpretación de información relevante y necesaria del sujeto y su entorno, en función de objetivos y fines previamente especificados, con el propósito de identificar, describir, valorar y categorizar el problema, así como, sus posibles causas, permitiendo la planificación de una estrategia de intervención1-8.

De igual forma, es importante mencionar que este proceso debe basarse marco teórico con evidencia empírica y sistemáticamente organizado, además de ejecutarse siguiendo los pasos metodológicos que establece el método científico, de tal manera, que los resultados alcanzados, sean válidos y confiables. Desde otra perspectiva, la evaluación debe ser visualizada como la primera y la última fase de todo proceso de intervención, asumiéndosela como un componente esencial de la misma, en ese sentido, la planificación y orientación que se tenga, así como las técnicas, estrategias e instrumentos que se utilicen en la habilitación y rehabilitación del paciente, además de las decisiones en cuanto a la continuidad o suspensión del tratamiento, entre otras, dependerán de los resultados obtenidos en las diversas evaluaciones a lo largo del tiempo9,10.

Lo anteriormente mencionado es reforzado por Acosta y colaboradores6, cuando refiere que entre la evaluación y la intervención opera el concepto de reversibilidad, lo que implica que, la evaluación e intervención se ejecutan de manera sucesiva y permanente; por lo tanto, ambas son procesos interactivos donde el primero, sin el segundo y viceversa, serían estériles e inútiles10.

 

EVALUACIÓN DE MOTRICIDAD OROFACIAL

La Motricidad Orofacial es la especialidad que investiga, previene, evalúa, diagnostica, habilita y rehabilita los aspectos estructurales y funcionales de las regiones orofaciales y cervicales relacionadas al Sistema Estomatognático2,11.

En esta perspectiva, su evaluación consiste en la valoración neuroanatómica y fisiológica del sistema estomatognático, examinándose las estructuras pasivas y activas de manera aislada, como también, durante las funciones motrices dinámicas de succión, masticación, deglución, respiración, habla y expresión facial; posturales, de mandíbula, cervical y musculatura facial; reflejas, de búsqueda, succión, deglución, vómito, tusígeno; además de las sensoriales, de olfacción, gustación, exterocepción y propiocepción, estableciéndose de esta manera, el vínculo interactivo entre forma y función, pudiéndose así determinar parámetros de normalidad o alteración2.

Esquema 01. Evaluación en Motricidad Orofacial

PRINCIPIOS DE LA EVALUACIÓN

Todo proceso de evaluación en las diferentes disciplinas, incluida la Motricidad Orofacial, involucra una serie de principios que sirvan como punto de partida y orientación al desarrollo de la misma. En ese sentido, recogiendo las sugerencias de García & González3, se estima conveniente considerar los siguientes principios que servirán como elementos rectores del proceso de evaluación en Motricidad Orofacial.

  • Carácter funcional: Toda evaluación debe permitir tomar decisiones relacionadas al proceso terapéutico además de, continuar retroalimentándolo de acuerdo a los resultados obtenidos en el mismo.
  • Carácter dinámico: La evaluación debe informar no solo las dificultades y estado actual de desempeño del sujeto examinado, si no también, de sus recursos potenciales y del posible nivel que podría alcanzar al asistir a un proceso terapéutico.
  • Carácter científico: El proceso de evaluación debe permitir, en base a un marco teórico consistente y con evidencia empírica que aporte los parámetros de normalidad, la identificación de las variables a ser tenidas en cuenta durante el examen, la formulación de hipótesis que serán aceptadas o rechazadas y la elección de las técnicas e instrumentos a ser usados.
  • Carácter transdisciplinario: Implica que el proceso de evaluación incluya de manera interactiva, integral y compartida, los objetivos y metas que se esperan alcanzar mediante los exámenes, tanto por parte del profesional que evaluará, como por el lado del paciente y su entorno.
  • Carácter personalizado: El resultado de este proceso debe de permitir perfilar al sujeto como un ser único, es decir, la evaluación tratará de determinar y satisfacer las necesidades propias que presenta cada sujeto evaluado.
  • Carácter integrador: Se valora al sujeto teniendo en cuenta sus diferentes dimensiones (postura, morfología, funciones, entre otras) de manera conjunta, además de considerar que su desarrollo, forma parte de un entorno familiar, socioeconómico, lingüístico, etc., particular.

CARACTERÍSTICAS DEL BUEN EVALUADOR

Efectuar una evaluación de motricidad orofacial, demanda que el profesional posea una serie de competencias que aseguren que este proceso sea correctamente planificado, ejecutado y monitoreado, de allí que diferentes autores4,12-16, han propuesto una diversidad de capacidades, habilidades y destrezas que deberán ser consideradas. En el presente acápite, con fines didácticos, estas características han sido organizadas en tres grupos: características de orden conceptual, características de orden procedimental y características de orden personal.

Características de orden conceptual:

• Conocimiento del crecimiento y desarrollo normal y patológico del sistema estomatognático.
• Dominio de la neuroanatomía y fisiología de las regiones orofacial y cervical.
• Conocimientos de la etiología, características y evolución de las diferentes patologías que alteran el sistema estomatognático.
• Dominio conceptual de los términos médicos, psicológicos, estomatológicos, fisiológicos, etc., vinculados a la temática de motricidad orofacial.
• Comprensión de la interrelación existente entre alteraciones neuroanatómicas y funciones estomatognáticas.
• Comprensión de las diferentes variables que afectan el pronóstico de las alteraciones del sistema estomatognático.

Características de orden procedimental:

• Habilidad en la utilización de las diferentes técnicas de evaluación (entrevista, antroposcopía, etc.).
• Destreza en la administración, calificación e interpretación de los diferentes instrumentos de evaluación en Motricidad Orofacial.
• Habilidad para formular planes de evaluación.

Características de orden personal:

• Experiencia en el campo de actuación.
• Flexibilidad mental y emocional.
• Capacidad de análisis-síntesis.
• Destreza en la producción de textos escritos.
• Amplitud de vocabulario y ortografía.
• Capacidad crítica y autocrítica.
• Creatividad para adecuarse a nuevas situaciones.
• Ética profesional
• Capacidad de empatía.
• Capacidad de trabajo en equipo.

 

INTERROGANTES BÁSICAS QUE ORIENTAN EL PROCESO EVALUATIVO

Existen diferentes esquemas para la realización del proceso de evaluación de motricidad orofacial, de allí que en el presente acápite se integrarán diversos esquemas2,17-24 con algunas variantes. Por ello, primero se plantearán las tres interrogantes que guiarán el proceso evaluativo: a) ¿Para qué evaluar?; b) ¿Qué evaluar?; y c) ¿Cómo evaluar?6, detallándose en cada una de ellas los elementos correspondientes. Luego, con estos insumos se describirá de manera secuencial las diversas etapas que debe incluir el proceso evaluativo.

¿PARA QUÉ EVALUAR?

Mediante esta pregunta se busca establecer, cuáles son los objetivos del proceso evaluativo, es decir, determinar las razones por las que se realizará la recolección y análisis de la información, lo que posteriormente le permitirá al examinador, precisar los aspectos a ser evaluados y los recursos que utilizará. Entre los principales objetivos que tiene una evaluación de motricidad orofacial, figuran:

  • Identificar, implica la distinción de aquellas condiciones que podrían representar trastornos orofaciales. Mientras más temprano se logre este objetivo, menos secuelas se observarán en el paciente. Un ejemplo de ello, sería la acción que cumpliría el especialista de motricidad orofacial en un servicio de neonatología al evaluar los neonatos para identificar aquellos que pudieran presentar un frenillo alterado.
  • Describir, esto implica, caracterizar objetivamente al examinado, precisando las fortalezas y debilidades de cada uno de los aspectos explorados, es decir, valorar el grado de normalidad o alteración que presente.
  • Explicar, es el objetivo central de toda evaluación de motricidad orofacial, ya que exige del examinador, entre otras características, una adecuada capacidad de análisis-síntesis para relacionar las diferentes variables que posiblemente están generando la condición patológica actual del paciente; y conocimiento teórico neuroanatomico y fisiológico del desarrollo normal y patológico del sistema estomatognático. Ejemplo del cumplimiento de este objetivo, sería el análisis de los factores hereditarios de crecimiento cráneofacial; la interrelación que existe entre estructuras pasivas y activas del sistema estomatognático; además del análisis de las características propias del desarrollo del sujeto 18; todo ello con la finalidad de: a) saber si la causa aún está presente, lo que dificultaría la solución del caso; b) comprobar si la causa es de origen genético, necesitándose entonces de orientaciones médicas previas; y c) conocer las posibles condiciones que generaron el problema 25.

De esta manera, el presente objetivo respondería a las interrogantes que el paciente y su familia plantean en el motivo de consulta, tales como, “¿Qué es lo que tiene?”, “¿Por qué lo tiene?”, y “¿Qué debo hacer?”. 

  • Clasificar, el cumplimiento de este objetivo permite situar al examinado en una determinada categoría diagnostica, de acuerdo a un marco teórico establecido.
  • Orientar, este objetivo permite brindar al paciente y su familia, una serie de pautas, con la finalidad de mantener su calidad de vida o mejorarla, en el caso que presente alguna patología. Así mismo incluye, de ser necesario, sugerencias con respecto al tipo de intervención que requerirá el evaluado, aportando los elementos básicos para la planificación de la misma.
  • Pronosticar, referido a la visualización de la situación futura del paciente, considerando diferentes escenarios (habiendo recibido terapia, sin recibir terapia, etc.). Este dependerá del origen de la alteración y de la presencia o ausencia de alteraciones morfofisiológicas que limiten la intervención.
  • Retroalimentar, mediante este objetivo, la evaluación aporta información que permite al especialista, valorar progresivamente en qué medida el tratamiento está siendo efectivo, ello con la finalidad de reajustar los planteamientos efectuados o formular nuevas metas.

Cabe mencionar que estos objetivos señalados no son excluyentes, sino que, por el contrario, un proceso evaluativo se orienta a la consecución de varios objetivos de manera simultánea.

¿QUÉ EVALUAR?

En los últimos años, la neuroanatomía y fisiopatología han profundizado sus estudios con respecto al sistema estomatognático y la relación existente entre sus diferentes estructuras y funciones, tanto en estado de normalidad como de alteración; esta ha permitido que la fonoaudiología, y en particular la motricidad orofacial (a partir de este momento denominada MO), haya tenido que reorganizar la manera de analizar este sistema, estableciendo sub-áreas para su estudio, evaluación y tratamiento; obligando a la generación de nuevos protocolos y estrategias, así como a la construcción de novedosos instrumentos para su exploración.

Por ello, la respuesta a la pregunta ¿Qué evaluar? implica tener una visión completa de cómo está organizado neuroanatómica y fisiológicamente el sistema estomatognático (ver cuadro 01), ya que de ello se derivará las áreas y funciones que deberán ser examinadas.

 

¿CÓMO EVALUAR?

Teniendo claridad con respecto a ¿Para qué evaluar? (objetivos de la evaluación) y el ¿Qué evaluar? (áreas que serán examinadas), el siguiente paso es responder a la última interrogante: ¿Cómo evaluar? La respuesta a esta pregunta está dada por el conjunto de recursos que permitirán recolectar sistemática y objetivamente la información de las diferentes áreas, estos recurso se describen brevemente en el cuadro 03.

 

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